Por Héctor Daniel Benítez

Considerandos para el Contexto de Construcción de un Modelo de País con Democracia Participativa y de Base Humanista

Decía Alberto, amigo mío y asiduo lector del Ex Presidente de la Argentina, Raúl Alfonsín, que el proyecto de la construcción de un Estado y de una Nación, no solo con lleva el deseo de llegar al poder, sino de construir consenso y acuerdo necesario.

Pero… ¿para qué querés un Estado?. Querés un Estado, que será capaz, a través de consenso y aceptación de normas, regular y garantizar la convivencia. ( El Estado, apunta a este objetivo: la convivencia de grandes grupos humanos). La convivencia necesita que las actitudes cooperativas y de participación abierta predominen sobre las conflictivas…

Así, la Nación y el Estado se desarrollan sobre objetivos de organizar la convivencia de grandes grupos, para que la acción conjunta permita construir la infraestructura necesaria que conlleva a la superación de aquellas condiciones que producen dolor y sufrimiento.

La elección de estar vivos. Porque estar vivos es una elección, uno puede elegir vivir o no, y si elige vivir entonces necesariamente tendrá que realizar ciertas actividades para mantener ese vivir, tendrá que comer, tener cobijo del frio y del calor, necesitará de la convivencia con otros, necesitará proyectar el futuro, necesitará protección en la ancianidad, necesitará atención y medicamento ante la enfermedad. Y ¿cómo resolverá esas necesidades?.

Seguramente estas necesidades se resuelven a través de ese vivir con otros (convivencia). De esta forma, se van construyendo aquellas infraestructuras que permiten satisfacer las necesidades que tienen los que eligieron estar vivos.

El ex presidente Raúl Alfonsín decía que: “El diálogo es el motor que hace avanzar el conocimiento y también la democracia”.1 El diálogo como vehículo de conocimiento y de construcción democrática de convivencia.

Será Mario Luis Rodriguez (Silo), pensador argentino, padre del Movimiento Humanista, quien en 1993 en su Discurso de Agradecimiento a la distinción recibida por la Academia de Ciencias de Rusia el 21/09/1993, escribe: “….El diálogo, factor decisivo en la construcción humana, no queda reducido a los rigores de la lógica o de la lingüística. El diálogo es algo vivo en el que el intercambio de ideas, afectos y experiencias, está teñido por la irracionalidad de la existencia. Esta vida humana con sus creencias, temores y esperanzas, odios, ambiciones e ideales de época, es la que pone la base de todo diálogo. Cuando dijimos que “No existe diálogo completo sino se considera a los elementos pre-dialogales en los que se basa la necesidad de dicho diálogo…”2 , el diálogo puesto en perspectiva, entonces exige hacer consciente su necesidad y su estructuralidad con la organización de la existencia misma. Por tanto, para la construcción de consenso en el marco del desarrollo de una Democracia Real y Participativa será esta particular forma de diálogo, el principio de participación.

El ex presidente Argentino Juan Domingo Perón, pone en manos del diálogo la forma de perfeccionamiento del Modelo Argentino y dice en la pág. 216: “Estoy convencido de que sólo la comunidad argentina puede proporcionar el juicio definitivo sobre las cualidades que para ella se anhelan. Es mi deseo que todos mis conciudadanos consideren este Modelo como una propuesta inicial; ya las generaciones que nos siguen, a través de un diálogo franco en el que participen todos los entes representativos de la comunidad, han de asumir la patriótica misión de perfeccionarlo. “3

Si por un instante nos ubicamos, imaginariamente, como Dante en la Divina Comedia, parado a las puertas del cielo desde donde se puede observar el espectáculo y ver las diferencias entre cielo e infierno, podríamos observar, quizás, a la sociedad en su conjunto debatirse aparentemente entre dos destinos: acumular infraestructura para unos pocos a costas de todos y que los todos se queden sin las infraestructuras necesarias para mantener la elección de estar vivos. Y los todos luchando contra esos pocos. Y así, en un movimiento pendular este juego sintomático de ir de un extremo a otro, de lo estatal a lo privado, va dejando la vida a la vera de su desarrollo y con ello se promocionan, se enaltecen, aquellas vías productoras de dolor y el sufrimiento.

Por tanto si existiera la posibilidad de un diálogo y una forma de dialogar, estaríamos en posición de dar los primeros pasos superadores de aquella antigua conciencia vigente al día de hoy, aquella que sujeta la vida a un dinero sacramental.

Esta forma de estar la conciencia, en donde la intención referencia su acción a un Dios ( Dinero), que destruye el planeta y compromete la vida futura.

Por otra parte, la elección de vivir, es construir la vida y la vida no termina con la extinción del cuerpo natural. Continúa en otros, porque es entre otros que se hizo posible la vida, allí su proyección y lanzamiento a un futuro.

En síntesis, podemos afirmar que sí hay opciones válidas y coherentes. Un primer paso, el del diálogo y su forma para establecer consenso y acuerdo necesario para la construcción de un estado y una nación. Con Democracia Real y Participativa, en donde el ser humano encuentre el valor de vivir.

Resistencia, Chaco 01/09/2019

1Raúl Alfonsín; Fundamentos de la República Democrática, curso de teoría del estado; EUDEBA, 2010 segunda edición. Pág.20.-

2 LAS condiciones del diálogo, Academia de Ciencias. Moscú, Rusia, 6 de octubre de 1993. En HABLA SILO,Recopilación de opiniones,comentarios y conferencias.1969-1995, descargado y revisado (1/09/2019) http://www.silo.net/es/collected_works/silo_speaks

3 Biblioteca del Congreso de la Nación (Argentina). Subdirección Estudios y Archivos Especiales Perón : Modelo argentino para el proyecto nacional (1974). 2a. ed. / director: Prof. Oscar Castellucci. – Buenos Aires : Biblioteca del Congreso de la Nación, 2015, pág 216.