Por Lia Mendez

Editorial del Programa «Quererse libre» del 14/6/24

Han visto que ya empezaron a instalar eso de “golpe de Estado”, terrorismo, palabras tan caras a nuestra historia. En realidad, el único golpe, lo ha dado el Gobierno, ha dado un duro golpe al Estado de Derecho, cancelando las garantías constitucionales. Ese es el golpe que hemos recibido. Como en la época más oscura de nuestra historia, las fuerzas de seguridad, actuando impunemente, se acuerdan como los “grupos de tarea”, deteniendo al voleo, manteniendo secuestrados durante horas a los detenidos, paseándolos en los carros de traslado sin que se supiera cuál era su destino y dónde estaban. Torturándolos, mientras tanto, con condiciones inhumanas, negándoles lo más esencial, por ejemplo, como ser el agua a los detenidos que tenían allí.

Y después de eso, obviamente, acusarlos sin prueba alguna de delitos inexistentes. Y ya ingresando en el ámbito de la de “justicia”, por llamarlo de algún modo, determinaban arbitrariamente la aplicación de figuras penales, en realidad, para poder mantenerlos en un estado de indefensión y sobre todo, para aterrorizar y disciplinar a la sociedad.

Diseñan el despliegue de acciones tendientes a generar terror en un inmenso colectivo de manifestantes que rechazan el secuestro de la libertad y el despojo de nuestra riqueza.

Hoy, el territorio argentino se ha convertido en una zona liberada para la acción impune y sin límite de las fuerzas de seguridad.

Ya hemos visto, fuerzas de seguridad entrando al Congreso, ingresando a universidades, ingresando a edificios públicos, impidiendo el ingreso de trabajadores, cuando no comunicando los despidos.

En solo seis meses nos han arrebatado la libertad.

¿Recuerdan que mientras los genocidas arrojaban “secuestrados” desde los aviones, invocaban: “Los argentinos somos derechos y humanos”?

Hoy bajo el lema de la libertad, justifican la más brutal acción de empobrecimiento contra el pueblo. Igual que entonces.

Hoy lo hacen bajo el lema de la libertad para los argentinos o de devolvernos la dignidad.

Nosotros no hemos perdido la dignidad. El pueblo mantiene su dignidad y justamente por eso nos manifestamos, y lo seguiremos haciendo, en cada oportunidad, en repudio a las brutales políticas de entrega del país y el empobrecimiento de nuestro pueblo.

Los indignos nos gobiernan.

La dignidad es la que mantiene viva la resistencia y la defensa irrestricta de todos los derechos humanos.

Quizás algún día podamos avanzar hacia una democracia real que, entre otras cosas, ponga en manos del pueblo mecanismos de revocatoria de mandatos, revocar mandatos de representantes elegidos para cumplir una misión y que del modo más infame, traicionan ese mandato.

Recuperemos el Estado de derecho.

Recuperemos la libertad. No hay libertad sin derechos y no hay derechos sin garantías. Sin garantías, no hay Estado de derecho.

El Estado de derecho es la vigencia efectiva de todos los derechos humanos.