Lía Méndez contó la campaña que viene llevando adelante el Instituto de políticas Públicas Humanizar, que consiste en instalar una iniciativa de política pública: la Renta Básica Universal.
Destacó que no es algo nuevo y que en muchos lugares del mundo hace muchos años se viene trabajando, con la dificultad que significa querer avanzar en una política de ese tipo.
Consideró que actualmente, a causa de la pandemia, ha quedado al descubierto la tremenda desigualdad social que hay en todas partes del mundo. El informe para el desarrollo de las Naciones Unidas del 2020 expresaba que la desigualdad había alcanzado niveles históricos de desigualdad social creciente, lo que significa una profundización de la desigualdad social y la pobreza.
La exlegisladora manifestó que prefiere plantear la Renta Básica Universal ligado más que a la pobreza al tema de la igualdad; y que cree que lo que hay que poner en agenda es el problema de la desigualdad que tiene muchas aristas. La situación del estado de pobreza es un aspecto que afecta a la gran mayoría de las personas desde su nacimiento como algo dado.
Afirmó que la propuesta de la política social que es la Renta Básica Universal – que también se conoce como ingreso ciudadano o ingreso básico, que con distintas denominaciones y alcances ha surgido en los últimos tiempos – es planteada en el contexto de una política integral.
Sobre el planteo como política frente a la emergencia social que desde distintos sectores se viene escuchando, consideró que si bien sería un gran avance que se pudiera implementar, lo prefieren plantear como derecho al que accede toda persona desde el momento que nace independientemente de su condición, como derecho humano, que en definitiva lo que recoge es el derecho a la subsistencia, que no es ni más ni menos que la estructura de derechos básicos efectivizados.
Aclaró que si bien tenemos instrumentos internacionales que reconocen derechos básicos sociales, políticos, civiles, culturales, económicos, esa estructura de derechos básicos como el derecho a la vivienda o a alimentarse, en la práctica no se efectivizan.
No es que cualquier persona tiene garantizado el derecho de acceso al alimento como está reconocido en todos los instrumentos internacionales, nacionales y de Derechos Humanos ya que la efectivización de esos derechos no es tal.
La Renta Básica Universal como política social – que en definitiva lo que configura es el derecho a la subsistencia – no es ni más ni menos que esa estructura de derechos básicos pero efectivizados a través de la renta básica, por la que cada ser humano recibe un monto de dinero que le cubre sus necesidades básicas.
Consultada por Santiago Rocca de Serendipia, el programa que conduce en Radio Caput, acerca del modo de implementación, la abogada y comunicadora explicó que desde ahí surge la afirmación de considerarla en el contexto de una política integral, porque habrá que pensarla desde una política en materia tributaria que lo posibilite.
“Es por eso que hay que abordarlo desde el tema de la desigualdad porque en el mundo riqueza hay, y cada vez está más concentrada en menos manos. Si la obtienen, de algún lado sale, por lo que la pregunta acerca de dónde sale los recursos habría que preguntárselo a los ricos, a las grandes multinacionales, al poder concentrado económico, de dónde sacan tanta ganancia. Ganancia sin límite que sale de la especulación financiera, de la explotación laboral, de la evasión – todos ellos parientes del negocio ilícito – apropiados de este sector social que cada vez está más empobrecido y que hoy aunque tenga trabajo, no tiene garantizado no caer en estado de pobreza” aseguró la presidenta del Instituto Humanizar.
Afirmó que hay que ponerle un límite a la ganancia, porque: “mientras no haya techo para la ganancia no va a haber piso para la pobreza. Y siempre se puede ser más pobre, si no se pone un piso más abajo del cual, no haya ningún ser humano.
Nosotros pretendemos que la Renta Básica Universal, sea ese piso.
“Un piso, de ahí para arriba, pero que el tema de la subsistencia, no sea tema. Que uno no tenga que estar pensando si comerá mañana, si comerán sus hijos, si el año próximo tendrá trabajo”.
A los sectores que concentran, que ante políticas sociales manifiestan que a la gente no hay que darle planes o plata sino trabajo, les aseguró que trabajo va a haber cada vez menos frente al avance de la tecnología que va reemplazando mano de obra, y les preguntó ¿qué respuesta piensan dar? ¿Qué políticas a futuro están pensando?¿Qué se piensa a mediano y largo plazo? ¿Hacia dónde va este mundo? ¿Hacia dónde vamos?
Consideró que hay recursos para sostener una política como esta, que deberá ser en etapas, que es una mirada humanista, procesal, con un futuro que ya se anuncia y que hay que pensar en respuestas humanistas, poniendo de verdad lo humano en el centro como preocupación y como valor máximo en la organización social.
Cerró explicando la campaña que consiste en concientizar, llegar con este mensaje a la sociedad, que escuche sobre la Renta Básica Universal y que le empiece a resonar. Que se pregunte y nos pregunte para poder avanzar en el cambio cultural que esto significaría en el marco de las relaciones humanas. “Es un planteo solidario y la solidaridad no es un valor tan instalado en las relaciones humanas”.